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lunes, 13 de septiembre de 2010

Descripción do viaxe de Erich Lassota de Steblovo en 1584

"El 5 de octubre, después de haber luchado casi todo el tiempo con vientos adversos, empezando también a faltarnos las provisiones, y especialmente pan y agua, apercibimos con gran júbilo y alegría el cabo de Finis Terrae, en Galicia, por la mañana, y por la tarde, cerca de Munxia entramos en el puerto; allí, junto con mi compañero de sección, (refirese a Ludovico Cerón de Bologna), nos fuimos al instante a tierra, donde pasamos el 6 de octubre.Munxia es una pequeña ciudad, que tiene un grande y buen puerto; a su entrada y a la derecha, se halla una gran capilla o iglesia, en que se venera con gran devoción a Nuestra Señora, de la Barca llamada. En el altar mayor esta colocada una estatua de madera que representa a la Virgen, alta, más o menos, una ana (mais ou menos  un metro) de Viena, cubierta de un manto blanco, con una cenefa dorada y forro de color violeta oscuro; su vestido interior es encarnado, y tiene en el brazo derecho un niño. Se dice que si un pintor quisiese dar otro color al vestido, o se volvería al instante ciego, o moriría de repente, o le sucedería alguna desgracia, o una ignominia pública. La estatua de la Virgen, dicen,vino allí en un barco de piedra que está en el fondo del mar, con su vela, timón y mástil, todo de piedra; la vela y mástil,muy grandes y pesados, de modo que algunos pares de bueyes no podrían arrastrarlos; sin embargo, estando allí colocados, un hombre con un dedo los puede mover, y esto lo experimenté yo mismo.El 7 de octubre nos fuimos de Munxia a Marcandián, un cuarto de milla; luego a Loalo, un cuarto de milla; más adelante, a Puenta de Barceboso, que pasa sobre un pequeño río, media milla; a Canosa, media milla; a Finisterre, una milla y media,donde el 8 de octubre quedamos.Finis Terrae es una pequeña villa, con mal puerto; fuera del pueblo, a un tiro de arcabuz, se halla una iglesia. Dentro hay una estatua de la Virgen, de madera, cerca de un ana y media de alta, cubierta de un manto azul, adornado de flores de oro, y de una cenefa, también de oro. El vestido interior es también dorado; en la cabeza tiene un velo; encima de él, una corona y en el brazo izquierdo, un niño. Esta estatua, dicen, se trasladaba en un navío, que al llegar enfrente de la cima de la montaña no quiso moverse más adelante, y por este motivo se desembarcó la imagen, trayéndola al pueblo, y una vez en el sitio en que existe la iglesia, se volvió tan pesada, que fue imposible llevarla más lejos; ésa es la causa por la que se edificó la iglesia en suhonor. En una capilla de esta iglesia, y a la izquierda, se encuentra un crucifijo de escultura, que no llega a la altura de un hombre, en un altar colocado, y que pasa por muy milagroso. Cuando un sacerdote le descubre, se pone primeramente de rodillas, empieza a rezar el "Te Deum laudamus", y con una larga caña quita las cortinas que le cubren; quienquiera que sea,si desea verle, tiene que arrodillarse. Se pretende que le crece el pelo y las uñas y que suda algunas veces. De esta especie hay dos crucifijos más: uno en Orense, también Galicia, y otro en Burgos. No muy lejos de la iglesia existe una ermita en una alta montaña, donde delante del altar debe descansar el cuerpo de San Guillermo; pero no se ve allí ningún monumento. En su proximidad se encuentra una gruta baja, llamada "Tormos de San Guillermo," en que vivía y hacia penitencia. Cerca corre unmanantial: la fuente de San Guillermo, donde tenia costumbre de beber y lavarse. A una media milla de aquel lugar se ve, al pie de una montaña, cuando se retira el mar, el vino que el demonio le derramó. Porque se dice que un día vinieron allí algunos franceses y pararon al pie de la montaña; al ermitaño, que bajó a verlos, le regalaron un barril de vino tinto; al marcharse ellos, el santo quiso llevarse en sus espaldas el barril a la montaña; mas un demonio disfrazado de campesino le encontró, a quien pidió el favor de ayudarle, siguiendo detrás y empujando el barril, para que no le pesase tanto, y el demonio se prestó a ello con mucha amabilidad; subiendo, el demonio, en lugar de ayudar, tiraba siempre hacia atrás para que pesasemás, y, por último, dio un tirón tan fuerte que hizo rodar al santo con su barril hasta abajo, y en este suceso, no sólo el barril se estrelló, sino que el vino se puede ver todavía sobre las piedras derramado, y el ermitaño se rompió también un brazo y una pierna. Yo no pude verlo porque el mar estuvo muy agitada. En otra montaña hay dos grandes y casi redondas piedras, que llaman Piedras Santas, que debían servir de descanso a la Santísima Virgen; éstas, que no podrían arrastrar algunos pares de bueyes, se pueden mover también con un dedo, y esto lo he hecho yo mismo.El 9 de octubre marchamos a Sardinero, una milla; después marchamos a Corcovión (Corcubión)y, en se proximidad, Cea (Ceé), una milla, donde comimos. Estas dos pequeñas ciudades no distan una de otra ni siquiera media milla, y hay allí un hermoso puerto, de donde, por una alta montaña llamada Cabral, en cuya cima se encuentra una ermita, llamada San Rocco, (San Roque), pasamos hasta Fuente Santa (ermita), distante una milla; luego a Urbilido, dos millas. Al salir de la Fuente Santa nos equivocamos de camino, porque hubiéramos debido llegar a Puente d´Oluera (Puente de Olveira), Bonjesús y,después, a Barreras.
El 10 de octubre vinimos a Puente de Braudomil, que pasa por un pequeño río, a una milla; después, a Barreas, una milla,donde comimos; más adelante, a San Juan de la Barcada, una milla. Aquí se pasa el río Tambre; es un agradabilísimo día de viaje entre bosques de castaños y robles.
El 12 de octubre seguimos hasta Aopesada (Aguapesada), una milla; a Teroa, una milla, y a Compostela o San Yago, una milla, donde los días 12 y 13 nos quedamos".

 Bibliografía:El Camino de Santiago. El Camino del Sureste...Manuel José Aliaga Martínez.

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